La economía de Balears ralentiza su crecimiento (10,9%) y la elevada inflación impide alcanzar los niveles prepandémicos

  • El menor avance experimentado durante los meses de julio a septiembre respecto al trimestre anterior (14,1%) es insuficiente para reducir el agujero provocado por la crisis sanitaria, que se amplía al -7,4% respecto a 2019
  • Tras el primer verano sin restricciones y con una facturación al alza, la subida de precios ha reducido la rentabilidad empresarial
  • “Las correcciones a la baja del crecimiento de España para 2023, el deterioro de las principales economías europeas y la subida de los tipos de interés nos hacen ser cautos sobre la evolución de los próximos meses”, advierte Planas

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe ‘Evolución Económica’ correspondiente al tercer trimestre de 2022, que señala que la economía de Balears experimentó un crecimiento real del 10,9%. Esta tasa recorte 3,2 puntos porcentuales la estimación del trimestre anterior (14,1%), casi 4 puntos en comparación con el mismo trimestre de 2021 (14,7%) y amplia, por primera vez, el diferencial que sigue separando Balears de los niveles de actividad prepandemia (-7,4% vs -7,1%, 2º trim).

La economía balear se mimetiza, así, con la moderación de la actividad que también han puesto de manifiesto otras economías de referencia durante el tercer trimestre. Así, la economía española ha reducido a casi la mitad el ritmo de ascenso (3,8% vs 6,8%, 2º trim.), en un contexto en el que la desaceleración de la senda de crecimiento se ha dejado sentir también sobre las principales economías europeas, como Alemania (1,3% vs 1,7%, 2º trim.), Francia (1,0% vs 4,2%, 2º trim.) o Italia (2,6% vs 5%, 2º trim.).

 

Territorialmente, la tendencia a la desaceleración ha sido especialmente acusada en Eivissa y Formentera (13,2% vs 21,2%, 2º trim.), una tónica que no ha impedido que la economía pitusa haya continuado liderando, por quinto trimestre consecutivo, el crecimiento regional por delante de Menorca (11,0% vs 14,2%, 2º trim.) y Mallorca (10,5% vs 13,1%, 2º trim.). Con todo, a pesar de este mejor comportamiento, la economía pitiusa sigue siendo la más alejada de los niveles de actividad prepandemia (-7,7%), claramente por encima de Mallorca (-7,1%) y, principalmente, de Menorca (-5,7%).

Desde la óptica de la oferta, la economía balear ha moderado durante el tercer trimestre la senda de crecimiento debido principalmente a los riesgos que emanan de un contexto internacional altamente tensionado en muchos mercados. De hecho, durante el tercer trimestre, el sector servicios ha registrado un avance real del 11,8% (vs 15,5%, 2º trim.) y ha aprovechado la primera temporada de verano sin restricciones para impulsar la facturación por encima de los niveles pre-COVID. Sin embargo, el escenario de elevada inflación y de progresivo aumento de los costes financieros ha impedido que este buen comportamiento haya tenido una traducción equivalente en términos de rentabilidad.

No ha sido el caso de la industria, que ha conseguido dar continuidad a la ‘etapa de normalización’ a pesar de que la tasa de crecimiento real se ha moderado hasta el 6,5% (vs 7,8%, 2º trim.), claramente afectada por el estrangulamiento de las cadenas globales de suministros y el encarecimiento de los precios energéticos. Al mismo tiempo, la construcción ha anotado en el tercer trimestre un incremento del 5,4% (vs 5,6%, 2º trim.) y ha confirmado haber culminado con éxito la ‘etapa de normalización’ de los niveles pre-COVID.

En sintonía con la moderación de la actividad, el empleo ha recortado también el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo durante el tercer trimestre (9,8% vs 19,4%, 2º trim.), si bien ha seguido mostrando un mayor dinamismo que en el ámbito nacional (3,5% vs 5,0%, 2º trim.). De hecho, el número total de trabajadores afiliados a la Seguridad Social ha alcanzado un nuevo máximo histórico a finales del mes de julio ─cifrado en 608.132 trabajadores─ y se ha mantenido, por cuarto trimestre consecutivo, por encima de los niveles previos a la pandemia (+2,8%). Como consecuencia de ello, el desempleo ha rebajado su incidencia hasta el 5,6% de la población activa (vs 6,3%, 2º trim.), un porcentaje que no solo se ha mantenido nuevamente por debajo de la media nacional (12,6% vs 12,7%, 2º trim.) sino que se ha erigido en la tasa de paro más reducida de los últimos 16 años.

El favorable balance laboral no ha sido suficiente para sostener la senda de crecimiento del consumo privado, pues este ha anotado un incremento real del 9,8%, claramente alejado del ritmo de avance del trimestre anterior (13,0%). Desde esta perspectiva, el gasto de las familias ha sufrido el envite de una espiral inflacionista sin precedentes —disparada hasta el 10,7% durante el mes de agosto— que, no solo ha erosionado su poder adquisitivo, sino que ha acabado incidiendo también en su propensión marginal al consumo. Una circunstancia a la que no ha sido ajena el consumo de los no residentes, que se ha vuelto a situar por debajo de los niveles prepandemia (-3,0%) a pesar de la progresiva recuperación de los flujos internacionales de visitantes.

En este contexto, la inversión ha avanzado entre los meses de julio y septiembre a un ritmo real del 7,3% y se ha postulado como el único componente de la demanda que ha ampliado la aportación positiva respecto del trimestre anterior (6,9%).

La lucha contra la inflación lastra las previsiones de crecimiento

Una vez cerrado el tercer trimestre y confirmados los primeros indicios de la entrada en una fase de menor crecimiento, la cuestión clave reside en determinar la magnitud de la corrección que experimentarán el crecimiento y el empleo durante los próximos meses como consecuencia del ‘proceso de ajuste’ que las políticas de control de la inflación llevan implícito. Los precios han continuado al alza durante los meses de octubre y noviembre no solo en Balears (7,3% y 6,3%, respectivamente), sino también a escala nacional (7,3% y 6,8%, respectivamente) y europea (11,5% y 11,1%, respectivamente).

Sin duda, las tensiones que el encarecimiento de los precios finales ha provocado desde principios de año y el incremento de la factura de capital de familias y empresas —consecuencia del proceso de subidas en los tipos de interés oficiales por parte de las principales autoridades monetarias—, provocarán, inevitablemente un deterioro en la economía en los próximos trimestres. Así, lo recoge el Fondo Monetario Internacional en su último informe de octubre, tras recortar, nuevamente, sus previsiones de crecimiento para el conjunto de la economía mundial (2,7%; -0,2pp, julio) y, de forma principalmente acusada, para las economías más avanzadas (1,1%; -0,4pp, julio), incluida España (1,2%; -0,8pp, julio).

 

 

DESCARGAR EL INFORME DE EVOLUCIÓN ECONÓMICA  – DICIEMBRE 2022

La economía de Balears mantiene su crecimiento (14,1%) pero sigue un -7,1% por debajo de los niveles de actividad prepandémicos

  • Balears da continuidad durante el segundo trimestre de 2022 al avance del 13,9% registrado en el primer trimestre del año
  • En el inicio de la primera temporada estival de la ‘nueva normalidad’, las Islas mantienen su aceleración gracias al empuje de la economía pitiusa
  • “Las principales economías europeas como Alemania, Francia e Italia ya han empezado a desacelerarse afectadas por la espiral inflacionista y la incertidumbre que provoca el conflicto bélico en Ucrania”, advierte Planas

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe ‘Evolución Económica’ correspondiente al segundo trimestre de 2022, que señala que la economía de Balears experimentó un crecimiento real del 14,1%. Esta tasa añade 0,2 puntos porcentuales a la interanual del trimestre anterior y consigue rebajar un poco más el ‘agujero’ prepandemia acumulado respecto de 2019 (-7,1% vs -9,1%, 1º trim.).

Con todo, la aceleración del crecimiento interanual ha moderado su intensidad en este último trimestre, tal y como ha hecho también la economía española, que ha repetido el ritmo de avance del trimestre anterior (6,3%). Todo ello sucede en un contexto en el que “las principales economías europeas, que ya han normalizado por completo sus niveles prepandemia, han empezado a desacelerarse”, advierte la presidenta de CAEB, Carmen Planas. Este es el caso de Alemania (1,7% vs 3,5%, 1º trim.), Francia (4,2% vs 4,7%, 1º trim.) e Italia (4,7% vs 6,3%, 1º trim.), afectadas por condicionantes globales como son la espiral inflacionista y la incertidumbre que provoca el prolongado conflicto bélico en Ucrania.

El comportamiento de la economía balear del segundo trimestre responde, insularmente, a la aceleración experimentada en Menorca (14,2% vs 12,4%, 1º trim.) y, sobre todo, Eivissa-Formentera (21,2% vs 15,2%, 1º trim.), pues Mallorca ha rebajado su ritmo de avance (13,1% vs 14%, 1º trim.). El mejor comportamiento de la economía pitiusa, apoyado en su marcada especialización turística, no ha sido suficiente para evitar mantenerse, aún, como la más alejada de recuperar los niveles de actividad prepandemia (-7,4%), por encima de Mallorca  (-6,8%) y, especialmente, de Menorca (-5,6%).

Desde el punto de vista de la oferta, la aceleración se ha producido en, una mayor o menor medida, en los distintos sectores no agrarios de la economía balear. Concretamente, los servicios han registrado un incremento del 15,5% durante el segundo trimestre (vs 15,4%, 1º trim.) de acuerdo con la reactivación de los flujos turísticos internacionales desde el inicio de la campaña de Pascua. Y es que la llegada de turistas ha alcanzado los 5,62 millones en el segundo trimestre del año, cifra que multiplica por 3,5 la del año anterior y que, además, supera por primera vez la contabilizada en 2019 (+0,3% vs -26,2%, 1º trim.).

Al mismo tiempo, la industria ha anotado la aceleración más intensa, del 7,8% (vs 6,1%, 1º trim.), muestra de una paulatina recuperación que ha reflejado el repunte del índice de producción industrial (29,6% vs 12,2%, 1º trim.), por primera vez en niveles que superan el umbral prepandemia (+0,5% vs -7,5%, 1º trim.). Sin embargo, la construcción se ha erigido en el primer sector de la economía balear en normalizar su actividad y alcanzar el ecuador del año con un ‘agujero’ positivo del +0,7% (vs -4,1%, 1º trim.) respecto al año previo al inicio de la pandemia. Este resultado viene dado tras el incremento del 5,6% en el segundo trimestre (vs 4,4%, 1º trim.), periodo en el que el incremento del valor de liquidación de las obras acumulado en los meses de abril y mayo (25,8%) ha respondido tanto al aumento de edificaciones (8,2%) como, especialmente, a su valor medio (16,3%).

En sintonía con la mejora de la actividad, el empleo ha avanzado, nuevamente, a una tasa de dos dígitos (19,4% vs 8,8%, 1º trim.), de acuerdo con el empuje de los meses de abril (24,8%) y mayo (22,1%), particularmente, en el sector servicios (30% y 26,4%, respectivamente).

Esta dinámica laboral ha permitido, en parte, sostener la trayectoria ascendente del consumo privado en el segundo cuarto del año, que ha anotado un ascenso del 13% y no ha evitado desacelerar el ritmo de avance del trimestre anterior (13,3%). Todo en un contexto en el que la recuperación del gasto de los no residentes –que ha cuatriplicado el balance trimestral de un año atrás– ha convivido con nuevas alzas del IPC (8,6% vs 7,7%, 1º trim.) que han seguido afectando a la cesta de bienes de compra frecuente (11,3% vs 11,4%, 1º trim.).

La presión que los precios energéticos, así como de diversas materias primas, ha estado ejerciendo sobre las estructuras de coste no ha impedido que la inversión haya efectuado un nuevo esfuerzo frente a la progresiva normalización de la actividad.

Inflación, subidas de tipos y tensiones nublan las perspectivas post-verano

Balears está transitando la temporada estival con unos niveles de actividad que dejan atrás el parón provocado por la pandemia. De acuerdo con los indicadores hoy disponibles, parece ser que la normalización de los volúmenes ha sido la tónica, con una afluencia de visitantes que en julio ha superado los 2,8 millones y, por tanto, la cifra registrada en el mismo mes de 2019 (+0,8%).

Sin embargo, al cierre del balance de la temporada alta, las decisiones de consumo e inversión de los actores de las Islas no podrán evitar someterse a los principales riesgos a la baja que subyacen a un contexto global de tensiones e incertidumbres. Buena parte de estos ya se han podido recoger a lo largo del verano, bien a través del alza de la inflación –en el 10,7% en Baleares en agosto-, bien a través del cambio de tono de la política de la autoridad monetaria europea –con los tipos oficiales desde el 8 de septiembre en niveles inéditos en la última década (1,25%-1,75%) y pendientes de nuevos incrementos antes que finalice el año.

La economía balear se sitúa a un -9,1% por debajo de los niveles de actividad prepandémicos

  • Balears crece un 13,9% durante el primer trimestre de 2022 acelerando el avance del último trimestre del año anterior, que fue del 13,5%
  • El ‘agujero’ económico provocado por la COVID-19 está al inicio de 2022 por debajo de los 10 puntos porcentuales respecto a la actividad de 2019
  • “La relajación de restricciones y la apertura del turismo internacional están detrás de la normalización de la actividad económica”, señala Carmen Planas

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe de ‘Evolución Económica’ correspondiente al primer trimestre de 2022, que indica que la economía de Balears experimentó un crecimiento del 13,9%. Una tasa que acelera el avance del trimestre anterior (13,5%) y que consigue situar el ‘agujero’ prepandemia por debajo de los 10 puntos porcentuales (-9,1% vs -14,2%, 4º trim 2021). Con este comportamiento, las Islas se adentran en la normalización de los niveles de actividad y empleo anteriores a la irrupción del virus, tal y como también han puesto de manifiesto el crecimiento de la economía española (6,4% vs 5,5%, 4º trim 2021) y los países de la zona del euro (5,4% vs 4,7%, 4º trim 2021).

“La relajación progresiva de restricciones y la apertura al turismo internacional están detrás de que la actividad económica de las Islas se esté normalizando”, asegura la presidenta de la CAEB, Carmen Planas.

Dicho proceso de normalización se ha extendido a los distintos sectores no agrarios de la economía balear. Particularmente, los servicios han intensificado su ritmo hasta el 15,5% durante el primer trimestre (vs 15,1%, 4º trim. 2021) al impulsar nuevamente su actividad con el retorno del turismo internacional –que se ha multiplicado por 4,5 respecto al año pasado– y la vuelta progresiva a los hábitos laborales y sociales de la población local. Al mismo tiempo, la industria ha dado muestras de resiliencia manteniendo su avance en el 6,1% frente a las primeras tensiones derivadas del conflicto bélico en Ucrania, mientras que la construcción ha impulsado su crecimiento hasta el 4,6% (vs 3,7%, 4º trim. 2021) a partir de una cartera de proyectos más amplia, variada y con obras de envergadura.

En sintonía con la normalización de la actividad, el empleo ha crecido un 8,8% durante el primer trimestre del año, un incremento que, unido al del trimestre anterior (9,2%), ha permitido superar, por segunda vez consecutiva, los registros prepandemia (+2,2%).

Así, la incidencia del desempleo se ha rebajado al 10,3% de la población activa, un porcentaje que recorta significativamente la tasa vigente un año atrás (16,7%) y que se mantiene por debajo de la media española (13,7%).

El balance laboral ha apoyado la trayectoria ascendente del consumo privado del 13,3% (vs 13,1%, 4º trim.), en un contexto en el que la inflación ha encarecido rápida e intensamente diversos productos de la cesta de compra, como la vivienda (24%), el transporte (13%) o los alimentos frescos (5,8%) y elaborados (6%). El IPC cerró el primer trimestre con un incremento interanual del 7,7%, y se ha mantenido al alza con incrementos récords durante abril (7,8%), mayo (8,2%) y junio (10,2%).

El devenir los precios energéticos, así como de diversas materias primas, es una de las principales fuentes de incertidumbre que se han unido a la toma de decisiones empresariales en materia de inversión.

La guerra en Ucrania amenaza con un stand by económico

Balears afronta el verano con buenas perspectivas de actividad, pues todo apunta que, al menos, en términos de volumen, se retornará a la operativa prepandemia. Los registros turísticos de abril, que incluye la Semana Santa, han contribuido a renovar las expectativas con 1,3 millones de visitantes que, al fin, supera ligeramente la campaña de 2019.

Si no surge ningún obstáculo adicional los próximos meses, la economía de Balears podría completar el proceso de normalización al cierre de este ejercicio, teniendo en cuenta el ‘agujero’ prepandemia de las distintas esferas de actividad, que oscila entre el -3,9% de la construcción al -10,2% de los servicios, pasando por el -4,5 de la industria. Asimismo, dicho proceso de normalización está llegando a todas las economías insulares, como pone de manifiesto el marcador de crecimiento del primer trimestre en Mallorca (14% vs 13,3%, 4º trim 2021), Menorca (12,5% vs 12,6%, 4º trim.) y Eivissa-Formentera (15,3% vs 16,8%, 4º trim 2021).

La entrada en escena de nuevas fuentes de tensión global y elevadas dosis de incertidumbre, relacionadas con la duración desconocida del conflicto bélico en Ucrania, dejan en abierto cualquier previsión sobre el próximo balance anual. Así pues, la progresiva normalización de la economía balear asume el reto de digerir las tensiones del entorno, pues éstas podrían dilatar un proceso que ha costado sobremanera poner en marcha. El punto positivo para el Archipiélago reside en que el impacto directo de los actuales desajustes es inferior respecto de otras economías europeas más vinculadas a cadenas de valor industriales.

Entrevista a Carmen Planas en Cope Mallorca: “La economía balear aún atraviesa una etapa de normalización tras la pandemia”

La presidenta de CAEB, Carmen Planas, ha acudido a La Tertulia Más Uno de Cope Mallorca desde el Hotel Es Príncep de Palma para hablar de la actualidad económica de Baleares y como están viviendo este inicio de temporada turística las empresas del Archipiélago. La conversación con la presidenta Planas ha contado con la participación como tertulianos del economista Antonio Alcover, el empresario Pep Forteza Rey y la ex consellera d’Educació i Cultura Bàrbara Galmés.

Planas ha recordado que la economía balear “atraviesa una etapa de normalización tras dos años de pandemia, que se inició durante el último trimestre de 2021, pero que aún no hemos recuperado totalmente los niveles de actividad prepandemia”. Esta etapa de normalización hacia la recuperación total “avanzará más o menos rápido en función de los obstáculos que imponga la guerra en Ucrania”. Puede prolongarse todo el año e incluso durante 2023.

Escucha la entrevista completa en el siguiente audio:

La economía balear cierra 2021 con un crecimiento del PIB del 8,9%, 5 puntos superior a la media nacional

  • El sector servicios volvió a tirar de la recuperación alcanzando un 9,5% de aumento al finalizar el año, un 17,8% durante el 4º trimestre del ejercicio
  • La presidenta de CAEB señala que con la actual incertidumbre la economía balear no alcanzará niveles prepandemia “hasta el año que viene o 2024”

 

La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe de ‘Evolución Económica’ correspondiente al cuarto trimestre de 2022 que indica que la economía de Balears cerró el año 2021 con un crecimiento del 8,9%, frente al 5% de la media nacional, todo y el impacto que tuvieron las dos últimas variantes de la COVID-19 que condicionaron la campaña de Navidad. Pese a éstas, las consecuencias negativas de la pandemia sobre la actividad empresarial y sobre el empleo parecen limitarse de forma significativa.

Según el último informe del año 2021, el PIB balear experimentó un aumento durante el cuarto trimestre del 15,6%, superior al del trimestre anterior (13%), consiguiendo restar parte del ‘agujero’ prepandemia aún pendiente. Así, la recuperación total se sigue posponiendo (8,9% vs -23,6% en 2020), aunque la economía de las Islas se mantiene, técnicamente, en fase de expansión ya que más de la mitad de los indicadores de actividad siguen evolucionando en positivo o acelerándose interanualmente.

El balance laboral del último trimestre en Balears muestra que 28 de los 47 sectores de actividad han alcanzado niveles de 2019, empezando por los servicios de alojamiento (86,5%; +7,2% respecto de 2019); y restauración (22,7%; +3%) o el transporte marítimo (29,4%, +13,2%) y terrestre (10,1%; +1,3%).

La rebaja de las restricciones y la mayor movilidad de las personas han permitido que continúe la normalización de la actividad en los diferentes sectores del PIB balear, especialmente en el sector servicios, gracias a que la temporada turística se alargó hasta octubre y a la campaña de Navidad.  Así, los servicios han mantenido su crecimiento (17,8%), siendo el único sector que acelera el ritmo respecto al tercer trimestre (14,5%).

El mayor margen de mejora pendiente -Balears fue la CCAA que más cayó durante 2020 en este sector (-25,4% vs -11,5%, España)- explica que en las Islas el repunte del sector terciario sea al cierre de 2021 mayor respecto del resto del país (9,5% vs 5,9%). La marcada dependencia del turismo en Balears permite anticipar una margen de mejora más amplio, aunque será el devenir de la pandemia y la guerra en Ucrania los que marquen la recuperación total.

Por su parte, la industria ha mantenido la recuperación de la mayoría de sus indicadores, aunque ha rebajado su crecimiento en el último trimestre (6,1% vs 8,1%, 3º trim.), quedando su crecimiento anual en el 5,9%, aún superior al de toda España, 5,3%. El sector secundario cerró el año reduciendo la distancia respecto al periodo prepandemia por debajo de los 6 puntos (-5,9% vs -10,4%, 3º trim.), aunque se enfrenta a mayores dificultades que el resto del sector en el conjunto del país para revertir por completo los efectos de la pandemia.

La construcción se ha visto afectada por los problemas de abastecimiento de materias primas que sufrieron los operadores a nivel mundial, provocando una escalada rápida de los precios. Así, el crecimiento se moderó en el último trimestre de 2021 (2% vs al 2,2%, 3º trim.). Sin embargo, en las Islas la construcción cierra el año comportándose mejor que a nivel nacional (4,8% vs -4,1%, España), hecho significativo porque el retroceso durante el primer año de pandemia fue similar en Balears que en todo el país (-12%, Balears vs -11,3%, España).

Menorca y Eivissa-Formentera, mejor que Mallorca

Eivissa y Formentera siguen siendo las que mejor comportamiento tienen al final de 2021, aprovechando la inercia de la reactivación turística durante octubre y la llegada más tardía de la sexta ola de contagios. Las Pitiüses estuvieron menos tiempo en situación de riesgo extremo los meses de octubre a diciembre (15 días), que Mallorca (23 días) y Menorca (31).

Así, la economía pitiusa repuntó durante el último trimestre de 2021 un 18,9% (16,5%, 3º trim.), un balance superior al resto del Archipiélago. Eivissa y Formentera cerraron el año con un crecimiento del 10,8% frente al 8,6% de Mallorca y el 9,8% de Menorca. El sector servicios es el que mejor ha funcionado también en las Pitiüses, especialmente significativo a la hora de generar empleo (17,2% vs 16,5%, 3º trim.), más que en Mallorca (9,7% vs 7,3%, 3º trim.) y Menorca (9,5% vs 10,9%, 3º trim.), gracias al mejor comportamiento del alojamiento, las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento y el transporte.

El sector turístico pitiuso se apoyó tanto en una paralización más acusada del turismo en 2020, como en su mayor dependencia del segmento internacional para recuperar la actividad a un ritmo superior al de Menorca, como señalan los registros de afluencia de visitantes como los de gasto turístico entre los meses de octubre y diciembre, que no sólo han repuntado en Pitiüses (434,9% y 592,1%, respectivamente) sino que han evidenciado un grado de recuperación superior de los niveles prepandemia (-14,3% y -10,2%, respectivamente).

La incertidumbre puede retrasar la recuperación hasta 2023 o 2024

Cerrado 2021, la incertidumbre sigue instalada en la economía tanto a nivel nacional como en Illes Balears. Las perspectivas de cara a 2022 reflejan de cara al primer trimestre del año un clima de creciente preocupación, al registrar, por primera vez en los últimos seis trimestres, una moderación de la confianza empresarial. Los primeros indicadores de la evolución del mercado laboral y la afluencia de visitantes durante enero y febrero anticipan una mejor actividad en Eivissa-Formentera respecto al resto de las Islas. Todo parece indicar que la economía pitiusa seguiría encabezando el ritmo de recuperación del Archipiélago.

Con el balance en la mano, la presidenta de CAEB, Carmen Planas, anticipa que la recuperación total de la economía balear no alcanzará los niveles prepandemia “hasta el año que viene o 2024”, toda vez que la invasión rusa en Ucrania ha añadido “más incertidumbre” a la ya de por sí creada por la pandemia.

La economía salda el primer cuarto del año con un descenso interanual del 19,9%

Carmen Planas ha explicado que “con el dato de retroceso del 19,9% certificado en el primer trimestre de este año, queda mucho trabajo por delante para que podamos lograr registros de crecimiento positivo que muy probablemente no conseguiremos alcanzar hasta el año 2022”

La tercera ola de la pandemia ha obligado a encarar un nuevo trimestre de resistencia y la economía balear no ha empezado el año con buen pie registrando “datos los datos que no se pueden interpretar de otra manera que como duros” 

Menorca vuelve a registrar un balance menos desfavorable que Mallorca y que Ibiza y Formentera

 

Puede descargar audio e imágenes con declaraciones de la presidenta de CAEB, Carmen Planas.

Puede descargar el informe de coyuntura “Evolución Económica 1T 2021”

Palma, 17 de marzo de 2021.- La presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), Carmen Planas, ha hecho público en el día de hoy el informe de coyuntura “Evolución Económica” correspondiente al primer trimestre de 2021, en el que señala que la reformulación de expectativas ha mantenido durante todo el trimestre un carácter variable, propio de afrontar la toma de decisiones en un escenario en el que la incertidumbre se ha mantenido en cotas altas. Y es que “la evolución de la pandemia, no solo en las islas, sino en buena parte de los países europeos que, como Alemania y Reino Unido, responden de la mayor parte de los flujos turísticos, ha truncado poco a poco los esquemas iniciales y provocado que los actores hayan ido focalizando su atención en el medio plazo” ha señalado Planas.

Así las cosas, “al cierre del primer trimestre y, prácticamente, superada la tercera ola de la pandemia, el PIB Balears ha puesto de manifiesto un descenso real del 19,9% respecto del mismo periodo del año anterior”, ha destacado la presidenta de CAEB. Planas ha explicado que “este periodo ya incorpora en la base de las variaciones interanuales los primeros efectos de la pandemia correspondientes al mes de marzo de 2020”.

De esta forma, ha añadido Planas, “con este comportamiento, las islas suman tres trimestres consecutivos de moderación de la carga negativa, apoyados en una mejora del porcentaje de indicadores de actividad representativos que se aceleran (34,9% vs 26,7%, 4º trim.) y la consolidación de los que ya han devuelto su evolución al terreno positivo (20,9% vs 17,8%, 4º trim.)”.

 

La actividad no empieza el año con buen pie

Los indicadores de actividad más recientes muestran dos tendencias claras: (i) una progresiva aceleración que se ha extendido entre todos los componentes de oferta y que si bien ha permitido rebajar, de nuevo, la carga negativa del trimestre anterior, no ha impedido que la caída de la actividad respecto a los niveles previos a la pandemia siga siendo muy abultada y claramente superior a la del resto de regiones del entorno competitivo; y, (ii) unas expectativas de normalización más inminentes en la industria y la construcción que en los servicios, especialmente en las ramas de actividad que como el comercio, el alojamiento o la restauración dependen fuertemente de la actividad turística.

Y es que la apertura controlada de determinados espacios, el establecimiento de aforos y horarios, así como la gestión de las entradas y salidas de viajeros han marcado la pauta de un trimestre en el que el valor añadido del sector servicios ha experimentado una caída real del 22,2%, la más acentuada del tejido no agrario balear. El perfil de la senda de los servicios de Balears se asimila, así mismo, a la que traza la economía española, si bien ésta se ha seguido manejando en retrocesos más moderados (-5,3% vs -10%, 4º trim.). Así lo confirma la magnitud, todavía notable, del descenso de su cifra de negocios (-25,1% vs -3,8%, España) o el mayor recorte del empleo (-6,2% vs -1%, España). Particularmente, la falta de actividad se observa, entre otros, en la intensa caída de las pernoctaciones (-87,1% vs -96,1%, 4º trim.), de acuerdo con el retroceso de la afluencia de viajeros (-80,9% vs -91,4%, 4º trim.) y el mantenimiento en mínimos de la estancia media (2,6 días vs 2,4 días, 4º trim.).

Por su parte, el sector industrial de las islas ha encajado una contracción del valor añadido bruto del 7%, tasa que relaja la caída del trimestre anterior (-11,3%) y confirma las mayores dificultades para cauterizar la pérdida de valor añadido, puesto que su homologo nacional ha conseguido cerrar este primer trimestre en terreno positivo (1,1% vs -3,6%, 4º trim.). Con todo, cabe señalar que el secundario balear ha seguido manteniendo la pérdida de afiliados a un ritmo inferior a la del conjunto de tejido regional (-5,5%), un hecho que que se ha confirmado, sobre todo, en marzo (-2,7%, industria vs -4,9%, total tejido). En cualquier caso, resulta evidente que el actual volumen de actividad dificulta la reincorporación de factores productivos, hecho que, además se percibe en el estancamiento del porcentaje de utilización de la capacidad productiva instalada en torno a la mitad (49,8%).

Finalmente, el sector de la construcción ha encarado el inicio del ejercicio abordando la ejecución de los últimos proyectos iniciados al inicio de la pandemia y con la vista puesta en el devenir del visado de nuevos proyectos. Así las cosas, el valor añadido bruto generado por el sector durante el primer cuarto del año ha descendido un 5,4%, tasa que resuelve las dudas sobre su capacidad de perder carga negativa que mostró el trimestre anterior (-12,1%) y que se erige como la más moderada del tejido productivo no agrario. Con este comportamiento, el sector reproduce el perfil observado a nivel nacional, si bien lo cierra con unos marcadores más favorables que los recogidos en este territorio (-10,1% vs -12,7%, 4º trim.). Particularmente, la actividad del trimestre ha venido marcada por el agotamiento del cierre de proyectos iniciados con anterioridad o al inicio del estallido de la pandemia, tal como recoge el descenso de las certificaciones final de obra –tanto en número de edificios (-4,7%) como de viviendas (-12,5%)– y su correspondiente valor de liquidación (-2,4%).

 

La demanda interna, a la espera de la reactivación

Los principales componentes de la demanda agregada, como son el consumo privado y la inversión, han recortado la carga negativa de sus marcadores de crecimiento fruto, mayoritariamente, del efecto base que acogen respecto de un año atrás. Sin embargo, cabe señalar que tanto familias como empresas han seguido reteniendo sus planes de gasto e inversión a la espera de la reactivación económica y, en este sentido, con las expectativas puestas en las posibilidades de un verano mejor.

Concretamente, el consumo privado ha saldado el primer cuarto del ejercicio con un retroceso interanual del 22,3%, tasa que ha aminorado el ritmo de descenso del trimestre anterior por tercera vez consecutiva (-28,5%, 4º trim.). Con este comportamiento, el principal componente de la demanda agregada del archipiélago ha reproducido la tendencia observada a nivel nacional (-4% vs -9,4%, 4º trim.), si bien mantiene un grado de afectación mayor que deriva, sobre todo, de la severidad de las medidas aplicadas para contener la tercera ola en cada uno de los territorios, así como de la falta de apoyo del consumo de los no residentes, especialmente significativo a nivel regional.

A estos efectos, el consumo de los no residentes, aproximado a través del gasto turístico total, revela una nueva contracción (-74,4% vs -88,9%, 4º trim.) que descansa en el retroceso de la afluencia de visitantes (-75,1% vs -85,5%, 4º trim.) y que se exacerba, especialmente, en el segmento internacional (-76,3% y -76,8%, respectivamente). Con todo, cabe señalar que, en esta ocasión, el repunte de la estancia media hasta los 9,3 días (47,9% vs 20,6%, 4º trim.) ha conseguido compensar la contracción del dispendio diario efectuado por turista (-30,6% vs -36,2%, 4º trim.), todavía constreñido por las limitaciones a la actividad comercial y de ocio imperantes a razón de la pandemia.

Por su parte, la propensión a consumir de los residentes ha acusado el descenso de rentas afectadas por la destrucción de empleo, la minoración de los ingresos percibidos por los trabajadores que siguen sujetos a los ERTEs y la evolución alcista de los precios finales (1,6% vs -0,4%, diciembre 2020), de acuerdo con la presión ejercida por la energía, especialmente, sobre la cesta de bienes y servicios de compra recurrente.

Adicionalmente, la formación bruta de capital ha seguido retrocediendo en los primeros compases del ejercicio afectada por los daños acumulados en las cuentas de resultados, la elevada incertidumbre y, sobre todo, la tardanza en el despliegue de estímulos económicos capaces de acompañar la pérdida de actividad. No en vano, la inversión ha saldado el primer cuarto del año con una caída del 14,7%, tasa que, si bien ha conseguido rebajar en 4,2 puntos porcentuales el descenso del trimestre anterior, confirma el carácter dubitativo que adolece la senda de este componente de la demanda agregada. Y es que, a pesar de la rotunda proactividad de los bancos centrales desde la introducción de altas dosis de liquidez y el mantenimiento de unos tipos de interés en niveles extremadamente reducidos, las débiles perspectivas de negocio, en un contexto de actividad en mínimos y márgenes estrechos, han seguido lastrado el planteamiento de nuevos proyectos.

De hecho, la afiliación de empresas en alta a la Seguridad Social ha seguido en el primer cuarto del año retrocediendo prácticamente al mismo ritmo que el trimestre anterior (-6,9% vs -7,1%, 4º trim.), con una afectación en la industria y los servicios (-7,7%, ambos) superior a la de la construcción (-2,4%). Y es que el capital orientado a la inversión en construcción ha mostrado una cierta capacidad para evitar la parálisis, amparado en el segmento residencial. En este sentido, el presupuesto de ejecución vinculado a los proyectos visados durante el primer trimestre ha anotado un incremento (9,7% vs -40,7%, 4º trim.), de acuerdo con el comportamiento de la obra residencial (12,7% vs -33,6%, 4º trim.).

Mientras tanto, el sector exterior ha seguido sin contar con la exportación de servicios turísticos en un contexto en que la balanza comercial de bienes, descontadas las partidas de material de transporte, señala un descenso de las exportaciones (-6,3%). A título ilustrativo, el enfriamiento de las ventas al exterior ha sido puesto de manifiesto en partidas representativas del tejido local como los muebles (-65,5%), las pieles (-46,4%), el calzado (-15,5%) y las manufacturas de cuero (-3,3%), las perlas (-45,6%), la fruta (-15,5%), los jabones (-0,4%) o la leche y los productos lácteos (-0,1%).

 

Menorca, Ibiza y Formentera y también Mallorca convergen en su comportamiento

Menorca, gracias a un mejor comportamiento en el control sanitario y a su mayor diversificación productiva ha anotado, de nuevo, la menor contracción de la actividad. Concretamente, la estimación avance para el primer trimestre indica que la economía menorquina ha retrocedido a un ritmo interanual del 17,3% (vs -24,5%, 4º trim.), tasa que arroja, por tercer trimestre consecutivo, un balance menos desfavorable que los de Mallorca (-20,1% vs -27,3%, 4º trim.) y Eivissa y Formentera (-20,1% vs -27,5%, 4º trim.).

Cabe destacar, en cualquier caso, la confirmación de la tendencia a la reducción de la diacronía interinsular iniciada en el trimestre anterior, puesto que la actividad se ha acelerado en Pitiüses (7,4 pp), por encima de lo que lo ha hecho en Menorca (7,1 pp) y Mallorca (7,1 pp).

 

El inicio de la desescalada renueva la planificación empresarial

El tejido empresarial se encuentra trazando un plan de actuación plausible de cara a los próximos meses que facilite la convivencia con una todavía elevada incertidumbre y recupere la intención, tantas veces aplazada, de centrarse en la reactivación y, ya no, en la resistencia. A estos efectos, la evolución de las economías del mundo más avanzadas en este proceso confirma que es posible basar una recuperación sólida de los principales marcadores desde la combinación simultánea de tres factores, que son: (i) el apoyo a las rentas desde estímulos fiscales; (ii) la reapertura de la actividad; y, (iii) la aceleración del ritmo de vacunación.

La presidenta de CAEB, ha señalado que “los datos que no se pueden interpretar de otra manera que como unos datos duros”, porque manifiestan una caída del 19,9% que se superpone al descenso del 4,5% que ya registró la economía balear en el primer trimestre de 2020”.

Con todo, Carmen Planas ha añadido que “para los próximos trimestres, y aunque aún hay un gran componente de incertidumbre, es previsible que la economía balear evolucione reflejando datos más positivos”.

“Sin embargo, no podemos olvidar que serán datos comparados con los registrados el año pasado, que fue nefasto para Balears, desde que registramos la abrupta caída en forma de sima vertical anotada a partir del segundo trimestre de 2020” ha aclarado Planas señalando que “este hecho puede crear un cierto espejismo de optimismo por el efecto base tan negativo anotado el pasado año en el que el PIB balear cayó más del doble que el de la media nacional”.

Carmen Planas ha explicado que “con el dato de retroceso del 19,9% certificado en el primer trimestre de este año, queda mucho trabajo por delante para poder alcanzar un crecimiento positivo que muy probablemente no conseguiremos alcanzar hasta el año 2022”.

“Y este trabajo consiste fundamentalmente en acelerar el proceso de vacunación, lograr convencer a los mercados emisores, sobre todo al británico, de que Balears es un destino seguro, y hacer todos los esfuerzos posibles por alargar una temporada turística que no ha empezado como debía” ha concluido la presidenta de CAEB.

“El tropiezo de la inversión en la recta final de 2020 condiciona las perspectivas de recuperación de la economía balear”

Balears cerró su balance económico anual con una contracción inédita del 24,3% y la COVID-19 ha hecho del 2020 un año como ningún otro

 “Es pronto para hacer pronósticos para 2021 porque depende de múltiples condicionantes, siendo el primero de ellos el control de la crisis sanitaria y la capacidad de las empresas para invertir, porque si no hay inversión no habrá una recuperación rápida” 

Eivissa y Formentera anotan, de nuevo, la peor marca y Menorca la menos negativa de Balears 

 

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Palma, 18 de marzo de 2021.- La Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe de coyuntura “Evolución Económica” correspondiente al cuarto trimestre del ejercicio 2020, en el que señala que la COVID-19 ha generado una crisis global, no comparable con las anteriores crisis económico-financieras, que ha tenido una gran repercusión en todo el archipiélago, donde la emergencia sanitaria ha sumido la economía balear en una sima vertical sin precedentes.

Así, la línea de tiempo que transcurre entre las restricciones generalizadas a la movilidad y a la actividad, un verano tumultuoso y un final del año tan incierto como esperanzador, no ha hecho sino poner de relieve las características del shock económico que ha ejercido la COVID-19 sobre Balears. Y es que, la estimación del crecimiento correspondiente al cuarto trimestre muestra una contracción del 27,3% (vs -29,7%, 3º trim.), que no ha hecho sino confirmar que la actividad económica no ha conseguido recuperar el vigor, a pesar de la relajación parcial de las restricciones. De hecho, el balance anual del archipiélago, con un retroceso del 24,3%, contrasta con la evolución del resto de economías del mundo, que no han alcanzado en ningún caso la profundidad de Balears.

 

El sector servicios demora en la recta final del año su particular proceso de recuperación

Desde el punto de vista de la oferta, el informe destaca que los servicios se han erigido como el sector más afectado por la crisis de la COVID-19 y se han convertido también en el principal factor explicativo de la sima vertical en que se encuentra sumida la economía balear. Pues, aquellos servicios más dependientes del contacto cara a cara (hostelería y restauración, turismo, transporte, ocio, centros comerciales…) han sufrido, en esta ocasión, con mayor fuerza. De hecho, la tasa de crecimiento del último trimestre se ha saldado con un retroceso interanual del 29,6% (vs -32,7%, 3º trim.), y la magnitud de la caída de la actividad para el conjunto del ejercicio se ha cifrado en un 26,2%.

Y es que, así lo pone en relieve la negativa evolución de los índices de cifra de negocios y de ocupación del sector, tanto el último cuarto del año (-29,8% y -16,3%, respectivamente) como en el conjunto del ejercicio (-37,8% y -14,7%, respectivamente), por encima del agregado nacional. Así mismo, la llegada de turistas ha anotado un mínimo histórico (-81,3% vs -0,7%, 2019) con apenas 3,1 millones de turistas (vs 16,4 millones, 2019), por lo que las ramas más directamente vinculadas a la cadena turística de valor han sufrido fuertes retrocesos de afiliación (-21,5% vs 1,1%, 2019).

 

La industria aminora el ritmo de avance y consolida el negativo

El ritmo de avance observado en los meses posteriores al segundo trimestre no solo no ha sido suficiente para sacar a la industria balear del terreno negativo, sino que se ha ralentizado a finales de año, así, el sector ha despedido el último trimestre del año con un retroceso del 11,3% (vs -14,7%, 3º trim.) y ha anotado una contracción del 13,2% en el balance anual. Y es que, las interrupciones en las cadenas globales de suministros y las restricciones más o menos generalizadas de la actividad económica derivadas de la crisis de la COVID-19 han lastrado la actividad, tal y cómo han manifestado el índice de producción industrial (-13,9% vs -21%, 3º trim.), el indicador de la cifra de negocios (-14,3% vs -16,2%, 3º trim.) y la afiliación (-4,3% vs -4,6%, 3º trim.).

 

La construcción acusa el fin de la inercia afectada por una incertidumbre imperante

La estimación de crecimiento del sector de la construcción balear arroja una contracción del 15,1%, tasa que amplia en 5,9 puntos porcentuales el retroceso experimentado el trimestre anterior (-9,2%) y pone freno a la aceleración observada en el tercer trimestre (11,7 puntos porcentuales). En esta misma línea, balance anual lega una contracción del 12,8%, que supera ampliamente los retrocesos observados durante la Gran Recesión (-4,9% en 2009) o la crisis de la deuda soberana (-3,1% en 2012). A ello ha contribuido la evolución de las certificaciones de fin de obra, que han retrocedido en el último trimestre (-9,8% vs 12,5%, 3º trim.), así como la destrucción de ocupación, que ha sido visible tanto el último cuarto del año (-1,7% vs 1,8%, 3º trim.) como en el conjunto del ejercicio (-1,9% vs 4,4%, 2019).

 

El freno económico global pesa sobre los niveles de demanda de consumo e inversión

Desde el punto de vista de la demanda, el consumo privado ha sufrido una contracción del 25,4% en el acumulado del año, que supera con creces la experimentada a lo largo de la última recesión (-2,9%, 2009) y duplica la observada a nivel nacional (-12,6%). Y es que, los intentos de aceleración no han conseguido afianzarse, como consecuencia de los nuevos rebrotes y de la entrada en vigor nuevas restricciones a la actividad y movilidad, que han situado el último cuarto del año la contracción estimada del consumo en el 28,5% (vs -31,3%, 3º trim.). Esta situación se explica por los cambios en los patrones de consumo de los hogares –descenso de las ventas minoristas (-6,4% vs -15,9%, 3º trim.) e incremento del desempleo (44,6% vs 90,5%, 3º trim.)– y la muy escasa, por no decir nula, afluencia turística (-91,8% vs -82,4%, 3º trim.), que ha lastrado la exportación de servicios turísticos, pues no ha alcanzado en el conjunto del 2020 el equivalente a 20 días del verano del 2019 (-87,6% vs 0,6%, 2019).

Por otro lado, a pesar de los esfuerzos de las políticas monetarias, los bajos niveles de actividad, junto con la incertidumbre imperante, han alimentado a finales de año el tono bajista de las expectativas empresariales (-58,5 puntos). Así mismo, a pesar de la desaceleración de la destrucción de tejido empresarial (-7,1% vs -10,1%, 3º trim.) el balance anual se ha saldado con una pérdida de 3.810 unidades empresariales (-8,5% vs -5,8%, 2009). Adicionalmente, la reducción de la compra de vehículos de carga, que ha cerrado el ejercicio con el peor dato de la serie estadística (-53,4% vs -23,5%, España), así como también la inversión en construcción, en lo que a presupuestados de visados de obra se refiere (-29,2% vs 6,2%, 2019), hacen sino sugerir que los impactos derivados de la COVID serán de larga digestión. Todo esto, ha conducido a la formación bruta de capital a ampliar la contracción del trimestre anterior (-14,4%) hasta situarla en el 20,9%, una tasa que se suma a una trayectoria trimestral que ha encadenado negativos hasta legar un retroceso anual del 16,4%, superior al estimado para la media española (-12,4%).

 

Eivissa y Formentera anotan, de nuevo, la peor marca y Menorca la menos negativa

Tal y como ha ocurrido a lo largo del ejercicio, Eivissa y Formentera han anotado en la recta final del año una contracción del PIB -VAB no agrario- superior a la de resto de islas. Concretamente, el marcador de crecimiento ha retrocedido en el último trimestre un 27,8% (vs -33,6%, 3º trim.), tasa que supera en 3,1 puntos porcentuales la contracción de Menorca (-24,7% vs -28,8%, 3º trim.) y en 0,3 la de Mallorca (-27,5% vs -29,1%, 3º trim.). Con todo, el ejercicio se ha saldado con retrocesos históricos en todas las islas, en una horquilla negativa que oscila el 26,6% de Pitiüses y el 23,5% de Menorca. A lo largo del año la destrucción de empleo ha sido en Eivissa y Formentera de mayor envergadura (-15,1% vs -8,7%, Menorca) y, aunque esta se ha suavizado en la recta final del ejercicio en todas las islas, han seguido liderando el ranking (-6,8% vs -3,1%, Menorca).

Y es que, en términos particulares, por el lado de la oferta, la destrucción de afiliación en el sector servicios ha sido a lo largo del año mayor que en el resto de ramas de actividad (-17,6%, Pitiüses; -10,4%, Menorca), una tónica que se ha mantenido en el cuarto trimestre (-7,5%, Pitiüses; -2,9%, Menorca), especialmente en lo que a las ramas vinculadas al turismo se refiere (-17%, Pitiüses; -9,3%, Menorca). Por su parte, el sector de la construcción menorquín ha conseguido mantener el signo positivo que recuperó el trimestre anterior (0,6% vs 1%, 3º trim.), una circunstancia que no se ha producido en Eivissa y Formentera (-4,3% vs 5,2%, 3º trim.). En cambio, la afiliación industrial ha retrocedido en mayor medida en Menorca, tanto en el cuarto trimestre (-9,4% vs -4,7%, Pitiüses) como en el conjunto del año (-8,1% vs -5,7%, Pitiüses). Por el lado de la demanda, la fuerte afectación que ha sufrido el mercado laboral ha desencadenado en descensos significativos en el consumo de forma más intensa en Eivissa y Formentera, tal y como ha puesto de manifiesto el incremento en el número de parados registrados (50% vs 35,3%, Menorca). Finalmente, en términos de inversión, la elevada incertidumbre que ha imperado a lo largo del ejercicio ha conllevado una destrucción de tejido empresarial que ha avanzado a mayor ritmo en Pitiüses (-10,8% vs -8,5%, Menorca).

 

El 2021 arranca débil y con una necesidad imperante de transformación

Los resultados del primer semestre del año se verán seriamente condicionados como consecuencia del incremento en las infecciones y confinamientos más restrictivos, no obstante, las perspectivas de recuperación para el segundo siguen siendo más positivas gracias a la vacunación, ayudas gubernamentales y a los impulsos de los fondos europeos Next Generation EU.

En este sentido, Carmen Planas ha mostrado su “preocupación” sobre la evolución económica de las Islas destacando que “el tropiezo que ha sufrido la inversión en la recta final de 2020 condiciona las perspectivas de recuperación de la economía balear”.

Planas ha señalado que “es pronto para hacer pronósticos sobre cómo evolucionará la economía de Balears porque depende de múltiples condicionantes, siendo el primero de ellos el control de la crisis sanitaria y la capacidad de las empresas para invertir, porque si no hay inversión no habrá una recuperación rápida”.

“Esperamos, no obstante, un crecimiento positivo porque se mantiene la política monetaria de bajos tipos y, en materia de política fiscal, por las ayudas directas y la financiación europea de proyectos Next Generation EU”. Además, ha apuntado Planas, “es esperable que la economía balear pueda empezar a ofrecer resultados positivos a medida que avance el ejercicio 2021 pero no debemos olvidar que los datos resultarán de su comparación con los registrados en 2020, año en el que la caída de la economía balear ha sido inédita e histórica, duplicando la media nacional”.

Con todo, la presidenta de CAEB ha destacado que “se considera fundamental realizar una transformación hacia una economía más digital, sostenible e inclusiva, con la capacidad de aglutinar proyectos con potencial transformador capaces de unir el triple objetivo de crecimiento, bienestar inclusivo y sostenibilidad”.

“Control sanitario, fondos, bajada de la presión fiscal y planes de reactivación sectorial y de formación, claves para salir de la crisis”

Planas reclama “colaboración público-privada y actuar de forma conjunta e inteligente” para evitar el cierre masivo de empresas y la pérdida de decenas de miles de empleos: “Es una alternativa que no nos podemos permitir ni como sociedad, ni como comunidad”

La economía balear entra en recesión tras sufrir una contracción del 35,6% en el segundo trimestre del año

El impacto de la COVID-19 afecta especialmente en las Pitiüses, si bien Menorca también se ve arrastrada por los efectos de la pandemia

 

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Palma, 7 de octubre de 2020.- La Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe de “Evolución Económica” correspondiente al segundo trimestre del ejercicio 2020, en el que se analizan los impactos derivados del fortísimo shock económico que ha sufrido la economía balear como consecuencia de la COVID-19.

La presidenta de CAEB, Carmen Planas, ha señalado que “los datos de este informe de coyuntura económica, más allá de confirmar la situación técnica de recesión en la que nos encontramos, muestran una contracción económica que es histórica y sin precedentes que alcanza el 35,6% del PIB de Balears y que amplifica la del trimestre anterior (-4,5%)”.

Y es que, el mantenimiento de las restricciones a la actividad y la movilidad asociadas a la COVID-19 iniciadas a finales del mes de marzo hasta bien entrado el mes de junio, no solo ha extendido el shock de oferta, sino que ha alimentado, en una segunda vuelta, un shock de demanda que han conducido al archipiélago a una recesión sin precedentes.

 

El sector servicios el más perjudicado tras la interrupción de la temporada turística

Desde el punto de vista de la oferta, el informe destaca la fuerte afectación del sector servicios que, en el segundo trimestre, ha experimentado una contracción del 37,8% (vs -4,5%, 1º trim), superior a la media balear. Se trata de una caída inédita que se refleja, entre otros, en el índice de la cifra de negocios del sector (-55,5% vs -10,3%, 1º trim.), el tránsito aéreo de pasajeros (-98,1% vs -24,3%, 1º trim.). En este contexto, la destrucción de ocupación (-14,6% vs -0,2%, 1º trim.) ha sido también más intensa que la del resto de sectores, fruto del fuerte descenso de afiliación observado en el conjunto de ramas turísticas (-25,7% vs -4,5%, 1º trim.) tras la interrupción de la campaña de Pascua y el inicio de la temporada turística de verano.

 

La industria ahonda en el terreno negativo por el bloqueo del comercio internacional

El sector industrial ha saldado el segundo trimestre con una reducción del 23,6% (vs -3,2%, 1º trim), afectado tanto por la interrupción de las cadenas globales de suministros como por la paralización de la actividad industrial a nivel regional. No en vano, tanto el índice de producción industrial (-36,1% vs -11,1%, 1º trim.) como el índice de la cifra de negocios del sector (-41,5% vs -9,3%, 1º trim.) han anotado los mayores descensos de la serie histórica, en un contexto de retroceso de la ocupación (-6,5% vs -0,6%, 1º trim.).

 

La construcción tampoco esquiva la recesión

La tasa estimada de crecimiento de la construcción, a pesar de retroceder en menor medida que la de los demás sectores que integran la estructura económica balear, ha sufrido una contracción del 20,9% (vs -5,8%, 1º trim.). Este comportamiento recesivo que se palpa, entre otros, en la evolución negativa de las certificaciones de fin de obra (-31,1%, abril; -20,9%, mayo), ha encontrado un mal aliado en la esfera pública, dado el retroceso de licitación oficial observado a finales del 2018 (-40,7%). Con todo, el hecho de que el sector haya podido reactivar la actividad antes que el resto de los sectores explica que el impacto de la COVID-19 haya sido menor no solo en términos de producción sino también de ocupación, al registrarse una caída de la afiliación (-4,1% vs -3,2%, 1º trim.) inferior a la del resto de los sectores.

 

La incertidumbre y las bajas expectativas desploman el consumo y la inversión

“Vivimos en un entorno de máxima incertidumbre”, ha destacado Carmen Planas. Y, en este sentido, desde el punto de vista de la demanda, tal y como se esperaba, el shock de oferta ha desencadenado en un shock de demanda que ha paralizado las decisiones de gasto e inversión de los hogares y las empresas. Concretamente, el consumo agregado ha sufrido, el segundo trimestre, un descenso del 36,5% (vs -5,2%, 1º trim.), en un contexto donde la capacidad de gasto se ha resentido ante la negativa evolución del mercado laboral, con una caída histórica de la afiliación (-13% vs -0,6%, 1º trim.) y un incremento sin precedentes del número de parados (84,6% vs 4,7%, 1º trim.). Todo ello ha obligado a los hogares a reducir, por un lado, el consumo de bienes duraderos, tal y como se desprende de la matriculación de vehículos (-86,6% vs -63,5%, 1º trim.) y, por otro lado, el consumo de bienes no esenciales, tal y como refleja la evolución de las ventas minoristas (-29,3% vs -3,4%, 1º trim.).

Por otro lado, la inversión ha estado marcada por el bajo nivel de utilización de la capacidad productiva instalada (27,7%), el menor de la serie histórica, en un contexto de elevada incertidumbre. De este modo, en el segundo trimestre, la formación bruta de capital ha retrocedido un 24% (vs -6,1%, 1º trim.), dados los descensos observados tanto en la creación de sociedades mercantiles (-44,3% vs -15,8%, 1º trim.) como en la afiliación de empresas a la Seguridad Social (-13,1% vs -2,6%, 1º trim.). Asimismo, en un clima de baja confianza empresarial (-37,7% vs -34,7%, 1º trim.), la inversión en construcción se ha resentido en todas las categorías a juzgar por la evolución de los visados de obra del mes abril (-39,8%) y mayo (-43,6%).

 

Las Pitiüses encajan peor que Menorca el envite de la COVID-19

Si bien todas las islas han sufrido, por el lado de la oferta, la parálisis de la producción por falta de efectivos laborales o suministros y, por el lado de la demanda, la contención del gasto, el envite de la COVID-19 se ha amplificado significativamente en las Pitiüses como consecuencia, entre otros factores, del nivel de dependencia respecto de las actividades fundamentales para la economía balear. En concreto, el marcador de crecimiento pitiuso ha retrocedido un 40,1% (vs -4,8%, 1º trim.), claramente por encima del menorquín (-35,7% vs -4,7%, 1º trim.).

Y es que, en términos particulares, Eivissa y Formentera han destruido ocupación a un ritmo superior (-22%) a Menorca (14,5%), especialmente en las ramas ligadas al sector turístico (-33,7% vs -29,2%, Menorca).

Por el contrario, el secundario menorquín ha resultado más afectado que el pitiuso, pues la ocupación ha retrocedido en Menorca en mayor medida (-10,9%) que en las Pitiüses (-9,4%).

Por el lado de la demanda, el mayor incremento del paro registrado en las Pitiüses (143,3% vs 3,6%, 1º trim.), en comparación con Menorca (94,1% vs 6,8%, 1º trim.), explica también la mayor afectación de la capacidad de gasto de los hogares pitiusos.

En esta misma línea, el ciclo inversor también ha resultado más dañado en Pitiüses, tal y como indica la caída del número de empresas afiliadas (-18,2% vs -13,8%, Menorca).

 

Un futuro marcado por la incertidumbre

En un contexto, en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento y ha confirmado que será imposible recuperar las caídas del PIB a lo largo de 2021, la economía balear emerge como una de las regiones más castigadas por la pandemia. No en vano, el mercado laboral se ha resentido considerablemente y se prevé que las tasas de desempleo continúen elevándose como consecuencia, principalmente, de la destrucción de una parte del tejido productivo. Y es que a la preocupación por la pérdida económica generada durante los últimos meses se suma el elevado grado de incertidumbre que predomina sobre (i) la resolución o control de la pandemia y su rol como condicionante de la actividad empresarial y (ii) el ritmo al que se acumularán efectos de segunda vuelta sobre los principales marcadores económicos.

Con todo, es previsible que la actual situación acentúe otros de los desequilibrios estructurales que presentaba la economía balear antes de la crisis, por lo que CAEB recomienda orientar los esfuerzos hacia la mejora de la competitividad global del archipiélago, reforzando las capacidades tanto a nivel individual como colectivo, como única vía para recuperar con rapidez los niveles de actividad pre-crisis y afrontar el escenario post-pandemia lo más reforzados posible.

 

“Los datos que ya vislumbramos en el tercer trimestre remarcarán la recesión de Balears”

Planas ha adelantado a su vez que “los datos que ya vislumbramos que van a marcar la evolución de la economía balear en el tercer trimestre no van a ser mejores y remarcarán la recesión que padecemos en las Islas”.

La presidenta de CAEB ha insistido en que “los datos hacen que nuestra comunidad sea, de lejos, la más perjudicada del país y ante ello es preciso, y de forma urgente actuar con sentido común y a favor de los ciudadanos”.

“Para hacerlo, desde CAEB tendemos la mano a las diferentes administraciones para articular una necesaria colaboración público-privada porque la política no puede estar únicamente centrada en los ERTE”, ha manifestado Carmen Planas.

 

Propuestas “urgentes” para salir de la crisis

“Necesitamos, en primer lugar, rigor sanitario porque controlar la pandemia es completamente prioritario, imprescindible, para poder recuperar la demanda de bienes y servicios como fórmula para reactivar la economía. Pero también necesitamos poner en marcha, de forma urgente, planes sectoriales que sean eficaces para reactivar la economía de las Islas y que actúen como revulsivo para impulsar esta demanda”, ha añadido.

Planas ha demandado “que el Gobierno de España corresponda a la siempre generosa Balears a la hora de asignar la distribución de fondos de los 140.000 millones de Europa y que todas las administraciones sean responsables y copartícipes de la situación renunciando a subir impuestos y entendiendo que la actual presión fiscal nos está ahogando a todos, sobre todos a las pymes y a los autónomos”.

Por otra parte, la presidenta de CAEB ha afirmado que “demostraríamos que tenemos la inteligencia que la situación actual exige si, paralelamente, fuéramos capaces de aprovechar el tiempo para poner en marcha planes formativos que especialicen a nuestros trabajadores para que cuando los motores vuelvan a estar en marcha estemos preparados para despegar”.

“En todos estos factores nos queda mucho por hacer y es preciso hacerlo de forma conjunta, trabajando en la misma dirección y con los mismos objetivos tanto el sector público como el sector privado. Si no actuamos así, de forma conjunta e inteligente, lo que viene es el cierre masivo de miles de empresas y la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo. Y esta es una alternativa que no nos podemos permitir ni como sociedad, ni como comunidad”, ha concluido Carmen Planas.

La economía balear se contrae un 4,5% en el primer trimestre del año y Balears se abre a la recesión por la COVID-19

Carmen Planas: “El mantenimiento de los ERTEs debe condicionarse a la existencia de una vacuna contra el coronavirus para evitar la destrucción del tejido productivo y del empleo en nuestras islas”

Ibiza y Formentera se resienten más por su mayor dependencia del turismo y Menorca se ve afectada por la caída de la industria

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Descargar CAEB INFORME COYUNTURA 1T 2020 evolución económica

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Palma, 17 de junio de 2020.- La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) ha hecho público en el día de hoy el informe de “Evolución Económica”, en el que se toma el pulso a la economía balear y sus principales sectores de actividad tras los primeros envites de la COVID-19.

Así, las primeras estimaciones correspondientes al primer trimestre el año arrojan una contracción sin precedentes del VAB no agrario balear del 4,5% (vs 1,5%, 4º trim.) que responde tanto a la incertidumbre imperante antes de la declaración del estado de alarma como a las consecuencias derivadas de las restricciones a la movilidad y a la actividad que entraron en vigor el pasado 14 de marzo. No en vano, el shock de oferta asociado al cierre, total o parcial, de los centros de producción ha derivado, prácticamente al unísono, en un shock de demanda que ha comprometido también las decisiones de consumo e inversión.

 

El sector servicios registra una caída sin precedentes

Desde el punto de vista de la oferta, el informe destaca que la interrupción de la actividad durante las dos últimas semanas de marzo ha arrojado todos los indicadores de actividad a la banda roja y ha comprometido, sin excepciones, el balance del primer trimestre en los principales sectores de actividad. No en vano, el marcador trimestral del sector servicios ha retrocedido un 4,5%, tasa que recorta en 5,9 puntos porcentuales la estimación del trimestre anterior (1,4%). Y es que la reducción de la movilidad, interna y externa ha comprometido sobremanera la actividad agregada de las ramas vinculadas a la cadena turística de valor (-8,3% vs 0,7%, 4º trim.). Prueba de ello, son los retrocesos observados en la afluencia turística (-33,6% vs -6,6%, 4º trim.), las pernoctaciones en establecimientos de alojamiento (-39,4 vs -4,9%, 4º trim.) o, desde una perspectiva más agregada, en la afiliación de trabajadores del sector (-0,2% vs 1,8%, 4º trim.).

 

La industria se sitúa en la banda roja

El marcador de crecimiento del secundario balear ha entrado definitivamente en terreno negativo de la mano de la COVID-19, tras anotar una contracción del 3,2% que echa a perder el esfuerzo realizado los últimos trimestres para mantenerlo en positivo (0,4%, 4ª trim.). Así, lo corrobora el índice de producción industrial, que ha alcanzado en el mes de marzo el nivel más bajo de la serie histórica y ha saldado el trimestre con un retroceso superior a dos dígitos (-10,5% vs -2,1%, 4º trim.), o  el índice de la cifra de negocios (-9,3% vs -1,2%, 4º trim.), en un contexto en que el sector ha retomado la senda de destrucción de empleo (-0,6% vs 1,5%, 4º trim.).

 

La construcción sobre reacciona al cambio de escenario

La construcción lejos de mantenerse ajena al shock derivado de la COVID-19, ha sido el sector que ha encajado el mayor ajuste. No en vano, el marcador trimestral de crecimiento ha anotado una reducción del 5,8%, a pesar de haber mantenido en el último trimestre del año anterior un tono superior al resto de sectores (3,5% vs 1,8%, total sectores). Y es que, tanto la evolución de la afiliación (-3,2% vs 1,9%, 4º trim.) como de los visados (-7,7%) y de la licitación oficial (-83,9%), confirman que la construcción ha sido el sector que, en mayor medida, ha sobre reaccionado al cambio de escenario impuesto por la COVID-19.

 

Las expectativas a la baja comprometen las decisiones de consumo e inversión

Desde el punto de vista de la demanda, la COVID-19 ha desplazado el patrón de consumo de familias hacia las compras de alimentos y bienes de primera necesidad, al tiempo que el deterioro de las expectativas asociadas al repunte número de parados (4,7% vs 2,3%, 4º trim) y de la inflación general (0,7% vs 0,5%, 4º trim.) y la percibida (0,2% vs -0,1%, 4º trim.) ha retrasado las compras de los bienes duraderos y reducido el gasto conspicuo. De hecho, el agregado de consumo ha sufrido durante el primer trimestre una contracción del 5,2% (vs 1,2%, 4º trim.), en línea con el retroceso observado tanto en las compras de vehículos (-63,6% vs 5,4%, 4º trim.) o establecimiento de comercio minorista (-3,3% vs 0,8%, 4º trim.).

La inversión, por su parte, ha anotado una contracción del marcador de crecimiento del 6,1% (vs 2,6%, 4º trim.), en línea con el deterioro de la confianza empresarial, que se ha visto lastrada el primer trimestre hasta registrar el valor más bajo de la serie histórica (-34,7% vs -1,5%, 4º trim.). Así, lo corrobora la negativa evolución del número de empresas afiliadas (-2,6% vs 0,4%, 4º trim.) y de nueva creación (-15,2% vs -5,2%, 4º trim.) o, en lo relativo a la inversión en construcción, el descenso montante económico de los proyectos de visados (-17%), independientemente de la categoría (-22%, obra nueva; -4,7%, reforma; -5,4% ampliación).

 

Las Pitiüses sufren, en mayor medida que Menorca, el impacto de la COVID-19

La desagregación de los resultados a nivel territorial pone de manifiesto que Eivissa y Formentera han sufrido más que el resto de las islas, como consecuencia de la mayor especialización turística. En este sentido, las Pitiüses han experimentado una contracción del marcador de crecimiento del 4,8% (vs 1,7%, 4º trim.), un porcentaje superior al de Menorca en términos absolutos (-4,7% vs 0,9%, 4º trim.), y relativos (-6,5 pp vs -5,6 pp, Menorca).

El comportamiento de Eivissa y Formentera responde, por el lado de la oferta, al débil pulso del sector servicios y, por el lado de la demanda, a la negativa contribución de no -residentes. De hecho, la afiliación ha descendido en las principales ramas turísticas (-5,8%), por encima de Menorca (-3,2%), en sintonía con la evolución de los flujos turísticos (-36,1% vs -13%, Menorca). Por el contrario, el contador de crecimiento de Menorca ha encontrado sus peores aliados en la industria, según se desprende de la evolución de la afiliación del sector (-4,1% vs -1,4%, Pitiüses) y más concretamente en el segmento manufacturero menorquín (-4,4% vs -2,4%, Pitiüses).

 

Las perspectivas para el conjunto del año se deterioran

La presidenta de CAEB, Carmen Planas, ha destacado que “Balears se abre de esta forma a un escenario de recesión, toda vez que las restricciones a la movilidad, tanto internas como externas, y a la actividad, vigentes durante el segundo trimestre derivarán en un ajuste mayor que el observado durante este primer trimestre”. Así, lo anticipa, el retroceso histórico de la afiliación media observado en el mes de abril (-8,7%) y mayo (-12,6%) y el fuerte aumento del paro registrado (62,2%, abril; 92%, mayo).

Con todo, Planas ha señalado que “Balears afronta una campaña turística inédita, completamente atípica y llena de incertidumbres por lo que CAEB apela a los actores regionales a realizar un ejercicio de gobernanza integral del destino con el fin de mitigar el impacto negativo en el corto plazo y, paralelamente, sentar las bases de la reorientación del destino ante los cambios permanentes que se anticipan”.

“Creemos además que el mantenimiento de los ERTEs debe condicionarse a la existencia de una vacuna contra el coronavirus. Porque mientras no tengamos la vacuna estamos en riesgo y los ERTEs tienen que seguir siendo una herramienta necesaria para que no se asfixien nuestras empresas, para defender el empleo y para evitar que en un futuro inmediato tengamos que quitar la “T”, y ver que los ERTEs se convierten en EREs, lo que supondría el fin de la actividad para muchas de nuestras empresas, con un elevado número de cierres y con la consiguiente destrucción tanto del tejido productivo como del empleo en nuestras islas”, ha recalcado la presidenta de CAEB.

Carmen Planas ha concluido que “para evitarlo, desde CAEB apelamos a una colaboración público-privada que sea realmente eficaz y eficiente porque, en Baleares, ya se han abierto las puertas de la recesión”.

La economía balear pierde dinamismo en el tercer trimestre y crece, por primera vez en los últimos cinco años, por debajo del 2%

La evolución de la economía balear apunta a acabar 2019 con un crecimiento inferior al 2%, tendiendo a tasas más moderadas en 2020  

CAEB resalta la necesidad de políticas que estimulen la inversión y el empleo ya que todos los sectores económicos, al igual que el consumo, aminoran su ritmo de crecimiento 

Menorca, con un ritmo notablemente inferior al de Balears, mantiene su crecimiento en el 1,1%, y Eivissa y Formentera ceden tres décimas hasta situarse en el 1,9%, por su mayor dependencia del turismo

 

Consulte aquí el INFORME EVOLUCIÓN ECONÓMICA 3T 2019 

Consulte aquí la PRESENTACIÓN GRÁFICA DEL INFORME 3T 2019

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Descargar audio con declaraciones MENORCA

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Palma, 27 de diciembre de 2019.- La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) hace público en el día de hoy el informe de “Evolución Económica” correspondiente al tercer trimestre de 2019, en el que se señala que Balears no está siendo ajena a la desaceleración que, de manera sincronizada, está experimentando la actividad a nivel mundial. Así, la estimación de crecimiento interanual del tercer trimestre se sitúa en el 1,7%, tres décimas menos que el trimestre anterior y, por primera vez en los últimos cinco años, por debajo del 2%.

En términos más concretos, el informe apunta que la pérdida de dinamismo de la actividad económica se explica, en gran medida, por la contribución más moderada de la demanda interna, particularmente el consumo y la inversión, pues la demanda externa se ha visto beneficiada por la exportación de bienes y servicios turísticos.

Al mismo tiempo, desde el punto de la vista de la oferta, todos los sectores económicos han aminorado su ritmo de crecimiento durante el tercer trimestre. En este contexto, la pérdida de aceleración de la actividad se ha hecho especialmente palpable en la construcción, ámbito que, en todo caso, ha mantenido el mayor ritmo de avance del tejido productivo regional.

 

El consumo pierde empuje

Desde el lado de la demanda, la moderación del crecimiento responde, en buena medida, al menor empuje del consumo privado, que en el tercer trimestre ha avanzado a un ritmo estimado del 1,6% interanual, dos décimas menos que en el segundo (1,8%). Este comportamiento se asocia, en parte, al progresivo enfriamiento del proceso de creación de empleo y de las expectativas de mejora sostenibles de los salarios a medio plazo. Y es que el incremento medio de la afiliación de trabajadores durante el tercer trimestre (2,1%) se ha erigido en uno de los más moderados de los últimos cinco años. Con todo, de cara a los próximos trimestres, se espera una intensificación de la pauta de ralentización del consumo, toda vez que los precios al consumo recuperarán progresivamente la trayectoria al alza tras el mínimo incremento anotado en el tercer trimestre (0,1%), pues la inflación subyacente –que marca la tendencia de la inflación general más allá del corto plazo– ha progresado durante este trimestre a un ritmo (0,8%) mayor que en el segundo (0,5%).

 

La inversión crece a un menor ritmo

La inversión, por su parte, también ha moderado el rimo de crecimiento hasta situarlo en el 2,4%, cinco décimas por debajo del avance del segundo trimestre (2,9%). No en vano, el índice de confianza empresarial ha registrado el valor más contenido para este periodo del año de los últimos cinco ejercicios (132,8 puntos). En concreto, tanto el saldo correspondiente al balance de situación del tercer trimestre (6,6 puntos) como el saldo de expectativas del cuarto (-14,8 puntos) se han situado en valores inferiores a los observados un año antes (8,8 puntos y -7,6 puntos, respectivamente). Además, por lo que respecta a la demanda de inversión, el presupuesto correspondiente a los proyectos de obra visados entre julio y septiembre ha disminuido en términos interanuales (-5,9%) de manera más acentuada que en el segundo trimestre (-3,9%).

 

El sector exterior marca el contrapeso

La contribución del sector exterior, por el contrario, se ha visto favorecida por el superávit que ha registrado la balanza comercial de bienes en el tercer trimestre (167 millones de euros), el cual ha permitido compensar el déficit acumulado a lo largo del primer semestre (-88 millones de euros). En consecuencia, la balanza comercial de bienes podría saldar el ejercicio contribuyendo positivamente al crecimiento por tercer año consecutivo.

Así mismo, en lo que se refiere a la exportación de servicios, el balance del tercer trimestre relativo a los flujos turísticos confirma que el volumen de turistas (7,82 millones) se ha mantenido en cotas similares, si bien algo inferiores, a las de 2018 (7,91 millones) y 2017 (7,95 millones). En cualquier caso, el ligero descenso de los turistas (-1,2%) se ha traducido en una también leve disminución de las pernoctaciones, tanto a nivel agregado (55,67 millones vs 56,28 millones, 2018) como específicamente en el segmento hotelero (30,37 millones vs 30,71 millones, 2018).

 

La actividad se modera en todos los sectores, incluido la construcción

Desde el punto de vista de la oferta, el informe destaca que la pérdida de ritmo ha sido compartida por todos los sectores. En concreto, el sector servicios ha avanzado durante el tercer trimestre a una tasa media del 1,7% interanual, dos décimas menos que en el segundo (2%). Ello se debe, principalmente, a la desaceleración de la actividad en las ramas orientadas a la provisión de servicios turísticos, tal y como pone de manifiesto la evolución del indicador sintético de la actividad turística balear (1,2% vs 1,4%, 2º trim.).

Así mismo, el avance de la actividad se ha moderado tanto en la industria, ámbito en el que marcador de crecimiento ha cedido dos décimas hasta el 0,6% (vs 0,8%, 2º trim.), como en la construcción, cuyo ritmo de avance se ha rebajado seis décimas hasta situarse en el 3,1% (vs 3,7%, 2º trim.). Por lo que respecta a la industria, este comportamiento se observa con claridad en el índice de producción industrial, que ha descendido por cuarto trimestre consecutivo (-9%). Por su parte, en la construcción, esta circunstancia se hace especialmente palpable en la evolución del empleo, pues el crecimiento del número de trabajadores afiliados al sector se ha rebajado de nuevo en el tercer trimestre (4,5% vs 5,2%, 2º trim.) hasta situarse claramente por debajo del promedio del último ejercicio (7,1%, 2018).

 

Tan solo Menorca se desmarca de la tónica regional, al contrario que Eivissa y Formentera

En su apartado de desagregación territorial, el informe señala que Menorca es el único territorio insular que ha conseguido mantener el ritmo de avance en el tercer trimestre. La economía menorquina ha crecido, así, a un ritmo estimado del 1,1% interanual, una tasa que iguala la del segundo trimestre, pero que se sigue manteniendo muy por debajo de la media balear (1,7%). En este contexto, la estabilidad del marcador de crecimiento menorquín es atribuible, en gran medida, al pulso de la actividad en la industria y la construcción, pues ambos sectores han registrado un aumento del empleo (1,2% y 6,7%, respectivamente) superior al del trimestre anterior (-3,6% y 6,4%, respectivamente).

La economía de Eivissa y Formentera, por el contrario, ha reproducido la pauta del agregado balear, dado que el rimo de crecimiento ha cedido tres décimas hasta situarse en el 1,9% (vs 2,2%, 2º trim.). Desde esta perspectiva, Eivissa y Formentera han acusado especialmente la moderación de los flujos de visitantes debido a su elevada especialización turística, superior incluso a la del resto de territorios insulares.

 

Se rebajan las perspectivas de crecimiento

El informe finaliza aludiendo a la rebaja de las perspectivas económicas que diversos organismos internacionales han constatado durante la segunda mitad del ejercicio. En concreto, las proyecciones de crecimiento de la economía española se han recortado una décima tanto para el presente año (2,2%) como para el siguiente (1,8%). Este hecho, unido al menor avance que se prevé durante el próximo ejercicio en el resto de las principales economías de la zona del euro, como Italia (0,5%), Alemania (1,2%) o Francia (1,3%), apunta a que el crecimiento de Balears tenderá a corto y medio plazo hacia tasas aún más moderadas, en sintonía con su entorno.

Con todo, el informe destaca que este escenario estará altamente condicionado por la presencia de importantes riesgos que podrían sesgar a la baja el crecimiento, entre los que destaca la imposición de barreras comerciales a escala global, la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea, el agotamiento de los efectos de la política monetaria o el proceso de conformación del nuevo ejecutivo a nivel nacional.

 

CAEB resalta la necesidad de políticas que estimulen la inversión y el empleo

Por todo ello, la previsión de crecimiento para 2019 que CAEB adelantó a finales del año pasado situándola en torno al 2%, y a la espera de conocerse los datos del último trimestre del año, muestra ya claros indicios de concluir el año con un crecimiento inferior al 2%, tendiendo a tasas más moderadas en 2020, cuya intensidad quedará definida por el grado la afectación de los riesgos antes mencionados.

En consecuencia, y para paliar esta rebaja las perspectivas de crecimiento, CAEB resalta la necesidad de desarrollar políticas que tengan un efecto de estímulo a la inversión para minimizar los efectos de la actual fase de desaceleración tanto de la actividad económica como, consecuentemente, de la creación de empleo.

En este sentido, CAEB recalca la necesidad de gobiernos estables y moderados que impulsen políticas que favorezcan a la economía y que articulen medidas que permitan reforzar la confianza empresarial y estimular la inversión para minimizar los efectos de la actual fase de desaceleración económica y garantizar la contribución del tejido empresarial a la creación de empleo.